Una de las mayores problemáticas que se presentan en los delitos de tráfico de drogas es la cantidad de cada tipo de sustancia que una persona puede portar sin que pueda ser detenido por ello. Igualmente, la cantidad de sustancia estupefaciente con la que se detenga a una persona influirá notablemente en la pena a imponer por el delito contra la salud pública.

Hay que partir señalando que en España no se considera delito el consumo de hachís, ya que está permitido el autoconsumo. No obstante, cuando se exceda unos límites de cantidad, se considerará que es imposible que la droga sea destinada para el consumo propio, procediéndose a la detención e iniciándose un procedimiento judicial por un delito contra la salud de pública en su modalidad de tráfico de drogas. 

Si bien en el Código Penal no se recoge qué cantidad de cada droga es la máxima que se puede llevar encima, los Tribunales vienen siguiendo el criterio mantenido por el Instituto Nacional de Toxicología en un protocolo especialmente diseñado, en el cual se establece que se considerará autoconsumo si la sustancia que se lleva encima puede corresponder a una dosis para un consumo de entre 3 y 5 días.

El Instituto Nacional de Toxicología viene estableciendo el límite de dichas cantidades, estableciendo que la cantidad de 25 gramos de hachís puede equivaler a un consumo medio/ alto de dicha cantidad durante un periodo entre 3 y 5 días.

No obstante, también hay que señalar que aunque se porte una cantidad inferior a los 25 gramos señalados, se podrá llegar a cometer igualmente un delito contra la salud pública siempre que concurran otros indicios que lleve a pensar que el hachís intervenido está destinado al tráfico. 

El Tribunal Supremo viene estableciendo que cuando existan indicios de que la droga intervenida iba a ser destinada a su venta a terceras personas, aunque la cantidad sea inferior al límite establecido, se deberá condenar por un delito contra la salud pública.

Por ello,  habrá que valorar el resto de características del caso concreto para preparar la defensa en cada ocasión, pudiendo considerarse que el hachís está destinado al tráfico si se interviene distribuido en envoltorios individuales, si se llevan encima instrumentos para su corte y distribución, si existen testigos de que se ofreció para la venta, si se interviene a su vez una gran cantidad de dinero…

Igualmente importante es la condición de consumidor habitual de hachís de la persona a la que se le intervenga la sustancia, ya que el Tribunal Supremo establece que la tenencia de droga de una persona que no es adicta, descarta totalmente que la sustancia que porte fuera a ser destinada al autoconsumo. Por ello, será de vital importancia acreditar que se es consumidor de hachís en el caso de que se nos intervenga una elevada cantidad.

Igualmente, hay que tener en cuenta que, aunque no se considere delito la tenencia de hachís, si que se podrá iniciar un procedimiento administrativo para la interposición de una multa, puesto que se da la paradoja de que no sería ilegal fumar hachís dentro de una propiedad privada, pero sí transportarlo por la vía pública.